Nos lo envía coincidiendo con el Día Mundial de la poesía.
Os los dejo aquí
DESPEDIDA
Un barco zarpó.
Los pañuelos
se hicieron
mariposas.
SUEÑO
En aquel velero
donde crece un bosque
se pierden los sueños.
Se abren los cofres.
DELFÍN
Entrelazando las aguas
de tus ojos,
arriba y abajo de los azules,
el delfín salta
y me salpica el corazón.
Y os anima a escribir poemas cortos.
Toda nuestra clase agradece a Mónica su amabilidad y el buen rato que pasamos en la biblioteca con ella.
7 comentarios:
Seño,las poesías son preciosas, me encantaría lerlas enteras. Hasta mañana.
¿Seño mañana vas a venir a clase?
Bruno esta entrada es para hablar de los poemas de Mónica. tienes mi correo para asuntos particulares.
Cristina me alegra que hayas hablado de los poemas de Mónica pero escríbelo correctamente.
Hasta mañana
Seño me gustan los poemas
hola seño el examen de matemáticas que día era el 10 o el 17 ?
Hola Cristina, el día 10. Mañana lo vemos en clase.
Besito
Aquí van algunos poemas a Sara de mi hermano Júlio. Espero que os gusten. Besos:
Y LES PRESENTO A SARA
en la mañana sara y sara por la tarde
sara terrestre mínima distante
poderosa muchacha
de los ojos cerrados
sara en la noche y en la madrugada
caminando descalza
sobre la hierba húmeda del sueño
sara la del maíz amarillísimo
sara la de la blanda luna llena
la que surge de pronto
en medio del silencio
la que lleva en los ojos
tallos de acantilado
sara que ríe y vuela y acicala
con precisión sus alas
de tenue mariposa
la intrascendente sara
la mágica la exacta
la que posa en las fotos sonriente
sara en lisboa de amarillo siempre
sara en zahara con el mar al fondo
sara en oporto alzando su cuerpo al universo
antes que nada sara sara después de todo
sara con crenchas sara estremecida
sara la sorprendente y la asombrada
la de los pies amargos
y las manos pequeñas como insectos
sara la que sonríe todo el tiempo
también la triste sara
la de los ojos verdes
como el vidrio mojado
la que esconde el temblor tras las pestañas
y no quiere oír hablar de atardeceres
sara sublime extraña extraordinaria
sara perpetua y nada
ni nadie más que sara.
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SARA
Solamente tú,
sólo tú y tus flores;
solamente tú,
aunque, para ello,
también yo resulte innecesario.
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VORÁGINES DE UN NOMBRE
Para ustedes, su nombre no es gran cosa:
cuatro letras inmóviles,
inamovibles, huecas
como los ojos de los muertos.
Porque ustedes ignoran los océanos
de luz que hay en las órbitas
de la S que da comienzo al nombre;
desconocen qué escándalo precoz
trae la primera a bajo su falda,
qué grandeza de umbral de abecedario
desciende por su trenza
de vocal recia y distinguida.
Frente a su nombre, ustedes
no se estremecen: no
se les eriza el sueño ni tampoco
se les pone la noche de gallina.
Porque no es tan sencillo.
Es posible que alcancen
a presentir un halo
de aridez en la r,
mas díganme si pueden ver el tiento
con que esa letra tiende
a ocultar en un cuarto
oscuro el corazón cuando las cosas
no traen buenos augurios y la nieve
no deja abrir la puerta de la casa.
¿No les obliga a aullar,
a brincar, a aplaudir
la última a que, siendo
el límite de todo,
se mira, sin embargo, los zapatos
como un pobre a la puerta de un palacio?
No es tan sencillo. Ustedes
no sienten nada, acaso
esa fría intuición de que su nombre
a sus espaldas vuela, a sus espaldas.
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